Derroté legalmente la denuncia falsa de febrero 2019
Derroté legalmente una denuncia falsa siendo mi propio abogado penalista. No estuve callado, hice ruido en otras partes. Nunca fui detenido, nunca fui imputado, nunca fui acusado ante un juez, nunca fui enjuiciado. Sin embargo en febrero 2019 algunos medios dijeron lo contrario. Los tiempos legales no son tan rápidos como los tiempos mediáticos, pero la verdad triunfó. Hoy desfilo por las 41 escuelas de la UCV en mi campaña a rector y lo exhibo en mis redes sociales pero esos medios lo ocultan y no me dan derecho a réplica.
La única verdad es que yo no golpeo ni a una mosca, así sea de oposición.
El éxito mediático de un rumor maligno no se tradujo en el resultado legal deseado por mis enemigos. Por varios meses de 2019 atendí asuntos personales, pues antes que figura pública, soy padre de dos hijos menores a los que amo y priorizo por sobre todas las cosas. El 9 de febrero del año en curso circularon fotos y comentarios en internet completamente falsos difamando al “abogado chavista madurista” por un acto de violencia de género que nunca sucedió.
Se les evaporó el frenético interés por mí mostrado en aquel lejano febrero cuando fantaseaban con que un impoluto abogado de a pie que no golpea ni a una mosca, pudiera ser encarcelado con el éxito mediático de una calumnia o simulación de hecho punible. Promovieron conmoción mediática y apostaron a meter casquillo, a ver si lograban hundirme, más por el escándalo que por evidencias verificadas.
Los monstruos fracasaron. Luego de ocho meses de investigación fiscal, se cerró el caso por no existir ni una sola prueba de violencia, ni nada que me vinculara con ningún delito. ¿Por qué esos medios no publican esto? ¿Acaso por ser socialista no tengo derecho a la presunción de inocencia ni al honor ni a la reputación?
Seguir adelante con mi vida profesional es mi mayor victoria contra quienes no respetaron la presunción de inocencia. Esos que intoxicados por Guaidó en febrero, proyectaron su odio contra un humilde hombre del pueblo de a pie.
Por amor y protección a mis dos bebes (mis dos sagrados hijos) por cuyo interés superior lucho legalmente, no emitiré opinión sobre su madre. Simplemente puse fin definitivo a una relación de pareja tras ocho años. Leyes inconstitucionales facilitan denuncias falsas.
Hago constar una advertencia jurídica para todos los venezolanos, chavistas y opositores, mujeres y hombres, pues a todos los quiero como hermanas y hermanos. Hace falta eliminar muchas normas inconstitucionales. En el caso de La Ley Orgánica sobre el Derecho de la Mujer a una vida libre de violencia, una ley que yo apoyo como feminista y ex consultor jurídico del Ministerio de la Mujer, hay dos puntos que violan la Carta Magna:
1) Flagrancia extendida o especial, esa que violando la presunción de inocencia y el debido proceso, facilita que una esposa, adiestrada policialmente en diseño de coartadas, mitomanía o histrionismo actoral, denuncie falsamente a su marido para que, con ayuda de una conmoción generada por redes sociales, funcionarios persuadidos intenten encarcelar a ese esposo por 48 horas bajo el pretexto de una “flagrancia extendida”, sin que fiscalía ni CICPC tengan una sola prueba o radiografía oficial que confirme si hay lesión por violencia;
2) Principio de mínima actividad probatoria, lo cual propicia que con la sola declaración de la conyuge, se pueda llevar a juicio penal al marido investigado, sin una experticia forense oficial que respalde la acusación y sin considerar que puede tratarse de calumnia, simulación de hecho punible, operación de escarnio público, odio político, complot familiar, venganza pasional, eliminación física, secuestro de hijos mediante manipulación legal, extorsión o complicidad con policías para meter al hombre en calabozo y desde allí concretar fines económicos, quitarle casas, carros, dólares, etc.
Afortunadamente, ninguno de los actos criminales aquí descritos se han consumado contra mí, pues soy abogado con destreza para defenderme, pero tengo clientes que han caído en desgracia y me cuentan su viacrucis. Seguiré trabajando por los derechos humanos. No me retiro, ni me retiran.