Derrotados por el dólar
Durante años los principales voceros del régimen estuvieron culpando a Dólar Today de todos los males de la economía venezolana. A ese tipo de referencia del precio del dólar le pusieron varios nombres tales como el “dólar criminal”, “el dólar guarimbero”, entre tantos otros. Algunos de los más fanáticos llegaron a decir que se trataba de un instrumento del imperialismo americano y de Donald Trump diseñado para socavar las bases de la economía. Claro, con en esa mentalidad tan limitada de los hombres del régimen, toda la culpa de todos los males, la tiene siempre un tercero, nunca los ejecutores de este desastre de modelo económico que han aplicado en Venezuela.
Con el correr del tiempo y como expresión de la hiperinflación, el dólar y también el euro se han venido instalando sostenidamente en la economía, al punto tal que según algunas firmas que analizan la situación económica nacional, más del 30% de las transacciones se realizan en dólares. Es más, el mismísimo Banco Central de Venezuela emitió una resolución mediante la cual los créditos bancarios se cobran con base en una unidad de valor que toma como patrón al dólar.
La guinda de la torta, sin embargo, la puso Maduro, quien en una entrevista con José Vicente Rangel el día 17 de noviembre, afirmó que él veía con mucho interés el uso del dólar y que además le parecía muy bien que se dolarizara la economía porque se trataba de medios alternativos de pagos porque ello representaba una válvula de escape para drenar las presiones de la economía. La cara de asombro y marchita de Rangel no cabía en la pantalla de los televisores.
Esta posición representaba un giro de trecientos sesenta grados con lo dicho anteriormente según lo cual todo lo que ha sucedido y sucede en Venezuela en términos de sustitución monetaria, obedece a una conspiración de las fuerzas pro imperialistas de la derecha venezolana, para usar una de las frases predilectas de Pedro Carreño, unos de los intelectuales de mayores quilates que tiene el régimen.
Lo cierto de todo es que el dólar derrotó al régimen y lamentablemente se ha venido consolidando lo inevitable cuando hay un proceso tan virulento de hiperinflación; la dolarización de facto de la economía. De esta manera, la dolarización de una gran cantidad de precios, menos el salario, no es una válvula de escape sino el resultado inevitable de un proceso de ruina de la economía nacional, cuya expresión más visible es la destrucción de la moneda.