Bouterse afronta un futuro incierto tras condena de 20 años por asesinatos
San Juan, 30 nov (EFE).- El presidente de Surinam, Dési Bouterse, se enfrenta a un futuro incierto después de que un tribunal de ese país le condenara a 20 años de prisión por los asesinatos de 15 opositores políticos en 1982, veredicto que marca el final de un histórico juicio que comenzó en noviembre de 2007.
Surinam despertó el sábado con la «resaca» del veredicto por los llamados «Asesinatos de diciembre» contra la histórica figura de este territorio de poco más de medio millón de habitantes.
El país, que es vecino de Brasil y las dos Guyanas, se independizó en 1975 de los Países Bajos, donde las autoridades locales pidieron calma a la población tras informarse del veredicto.
La ausencia de Bouterse (se encontraba en China) en el momento de conocerse la condena, restó tensión en las calles tras concluir un larguísimo proceso con el veredicto de un jurado compuesto por tres magistrados, quienes no obstante no emitieron una orden de arresto contra el presidente del país.
La primera reacción internacional llegó a través de una declaración conjunta de las misiones diplomáticas de los Países Bajos, Estados Unidos, Reino Unido, España, Alemania y Francia en Surinam, en la que se subraya como «crítico» que los veredictos sean «implementados y respetados de conformidad con el Estado de derecho».
El abogado del presidente, Irvin Kanhai, dijo que se trataba de un veredicto político y ya puso en marcha el proceso de apelación.
Aunque no se ha informado hasta ahora de incidentes, se espera que el momento más delicado se produzca cuando Bouterse regrese de su viaje por China al país suramericano, fecha que no se conoce con exactitud de forma oficial, aunque algunos medios hablan de la posibilidad de que sea en breve y otros que se retrase.
El abogado de los familiares de los quince asesinados, Hugo Essed, dijo que Bouterse debía renunciar a su cargo de forma inmediata tras la condena, por unos hechos sobre los que el presidente de Surinam pidió en el inicio del juicio disculpas y aceptó «responsabilidad política», aunque negó su implicación directa.
En febrero de 1980 este encabezó un golpe de Estado, conocido como la «Revolución de los Sargentos», que derrocó el Gobierno de Henck Arron y le situó como «hombre fuerte» del país.
Después de incidentes violentamente reprimidos por los militares, el 8 de diciembre de 1982 fueron ejecutados 15 opositores al régimen militar en el Fuerte Zeelandia, en la capital, Paramaribo, por lo que el viernes fue condenado.
El proceso judicial que concluyó el viernes con el veredicto se dilató durante más de una década debido al entorpecimiento de Bouterse, que después de ser elegido presidente de Surinam en 2010 aprobó una ley de amnistía que sería declarada finalmente inconstitucional.
Después de que fuera reelegido, en 2016 ordenó a la Fiscalía del país suramericano la interrupción del proceso en nombre de la seguridad nacional, medida también rechazada por la Justicia por tratarse de un proceso ya en marcha.
Personaje de referencia en Surinam, Bouterse nació en 1945 en el seno de una familia con distintos orígenes étnicos y en 1968 viajó a los Países Bajos para enrolarse en las fuerzas armadas del país europeo y antigua metrópoli.
De vuelta a Surinam, en 1980, junto a poco más de una decena de compañeros, encabeza la «Revolución de los sargentos», que instaló hasta 1991 una dictadura, interrumpida en 1987 de forma temporal por unas elecciones bajo presión internacional.
Elegido en elecciones parlamentarias en 2010 con su formación, Mega Combination, obtuvo 23 de los 51 asientos del Parlamento de Surinam, aunque sin la mayoría absoluta.
Bouterse, ya como presidente, cargo que renovó en 2015, reconoció la figura de sus compañeros de golpe y, además, declaró el 25 de febrero, la fecha de la alzada militar, como día nacional del país suramericano, lo que le valió el rechazo internacional.
La historia de Bouterse con los tribunales no es nueva, ya que en 1999 fue condenado, en ausencia, a 11 años de cárcel por un tribunal de los Países Bajos por tráfico de drogas, aunque no pudo ser extraditado porque lo impedía la ley de Surinam.
La condena contra Bouterse en los Países Bajos estaba relacionada con su supuesta vinculación con el cartel de Suri que introduciría droga en Europa procedente de Surinam y Brasil.
El hijo del presidente, Dino, también ha tenido problemas con la justicia y en 2005 fue sentenciado a ocho años de cárcel por tráfico de drogas, entre otros delitos, además ser sentenciado en Estados Unidos por sus lazos con el grupo terrorista Hizbulá.
Bouterse es presidente por segundo término tras ganar las elecciones parlamentarias de mayo de 2015 con el Partido Nacional Democrático.
El país espera la llegada de su presidente ante un escenario incierto una vez que el tribunal, a pesar de la condena, no emitió orden de arresto y la decisión fue recurrida de forma inmediata.
Existe temor ante la posibilidad de respuesta en la calle en un país inestable y con una débil economía muy dependiente de la producción de aluminio. EFE